ARTROSCOPIA | VOL. 19, Nº 4| 2012

Editorial

A 25 años de la Creación de la Asociación Argentina de Artroscopia y algo más

Los aniversarios suelen dedicarse fundamentalmente a miradas y análisis retrospectivos y en particular evocan personajes que se destacaron por sus ideas y trabajo (que no es más que la puesta en práctica de esas ideas) para el desarrollo de una determinada actividad o institución.

Hoy, con enorme respeto y admiración, festejamos los 25 anos de la puesta en practica de una enorme cantidad de ideas que salieron y siguen saliendo de los cerebros de una gran cantidad de ortopedistas, que sonaron y adoptaron la cirugía artroscópica como un hijo mas y lo criaron, lo cuidaron y lo hicieron crecer con infinita paciencia y dedicación hasta convertirlo definitivamente en un modelo para imitar.

La Asociación Argentina de Artroscopia, que inicio su camino en 1987 con 25 socios fundadores y realizo sus primeras jornadas Científicas en Noviembre de 1988 con 90 asistentes, hoy cuenta con cerca de 1000 socios activos y 300 Cirujanos Artroscopistas distribuidos por todo el país.

En Julio de 1994 la Asociación y sus miembros toman la decisión de crear esta Revista científica, que hasta nuestros días y en constante crecimiento, transmite en forma escrita, toda la experiencia acumulada por los cirujanos artroscopistas de habla hispana.

Este es un homenaje respetuoso a nuestros predecesores, esperando que este recuerdo de lo mejor del pasado, estimule a quienes en el presente se encuentran bien dispuestos para realizar un valeroso esfuerzo en el mismo sentido.

 

Algo más: No menospreciemos una de las características distintivas de los seres vivos racionales “los sentimientos”

 

Desarrollar una personalidad definida dentro de la ciencia nos rescata de convertirnos en una especie de maquinas útiles o perros adiestrados siguiendo a un amo, que tiene el nombre que ustedes quieran ponerle: Tecnología, Niveles de Evidencia, Sociedades Medicas, ego personal. Con tanta estructuración y estrictos escores de evaluación objetivos no nos estaremos olvidando de aprender a intuir las motivaciones de los seres humanos, sus sufrimientos e ilusiones, sus necesidades mas intimas, en definitiva, su subjetividad.

La falta de tiempo para formarse, originado por la exagerada burocracia en la practica medica y una cierta perdida de “Inspiración”, hacen que debamos echar mano permanentemente al recurso moderno del protocolo o “ficha técnica”, para llegar a un diagnostico o impartir un tratamiento.

Los invito a preguntarnos si no estaríamos corriendo el riesgo de hacer creer a la nueva generación de médicos, que practicar buena medicina es como jugar a la escoba de quince, en donde se cuenta para armar una buena estrategia de juego con la totalidad de la información posible. No deberíamos ensenarles, que a lo que estan jugando en realidad es a un juego como el póker, mucho menos predecible y desafiante, que para entenderlo y practicarlo se necesita una buena dosis de intuición y muchas horas de entrenamiento.

Friedrich Nietzsche, ya al final de su carrera, explorando la vida como dolor, lucha e irracionalidad, escribía: “En que mundo mas extrañamente simplificado y falsificado vive la humanidad. Cuanto claro, libre, fácil y sencillo hemos podido hacer todo cuanto nos rodea. Que brillantemente hemos sabido dejar que nuestros sentidos caminen por la superficie, e inspirar a nuestros pensamientos un deseo de piruetas caprichosas y de falsos razonamientos. La mejor de las ciencias sigue siendo aun la que mejor pretende detenernos en este mundo simplificado, absolutamente artificial, alineado y falsificado para nuestro uso, porque esta ciencia también, un poco a su pesar, ama el error, ya que por ser viviente, ama la vida.”

El conocimiento objetivo nos proporciona poderosos instrumentos para llegar a un fin determinado, pero seguramente este no alcance para responder las preguntas de una hipótesis ya formulada, es necesario considerar otras fuentes de información. Nuestros juicios finalmente, no pueden basarse únicamente en un único procedimiento científico, cuya base de sustentación esta dado, solamente por el análisis objetivo de las cosas.

Albert Einstein3,⁴ escribía: “La investigación y el esfuerzo por llegar a la verdad y al  conocimiento son las mas elevadas cualidades humanas, pero deberíamos cuidarnos, por cierto, de no convertir el intelecto en nuestro Dios, él tiene, sin duda, músculos potentes, pero no personalidad; el intelecto tiene una profunda consideración por los métodos e instrumentos, pero es ciego para los fines y valores. El método científico no puede mostrarnos mas que como se relacionan los hechos entre si, y como se condicionan mutuamente.”

En definitiva, considerar lo subjetivo, del evaluado y el evaluador, no perder de vista al “hombre”. En alguna editorial pasada lo pudimos desarrollar ampliamente y entendimos que definitivamente la vida humana es como un sueno, no somos mas que hombres intentando explicar las problemáticas de otros hombres, y muchas veces pretendemos utilizar para ello un método científico, absolutamente valido como instrumento, pero desde mi punto de vista insuficiente.

Perdón Dr. Carlos A Barclay⁵ por exponer abiertamente, este, mi sincero punto de vista, acerca del motivo de sus desvelos, “El método Científico”, pero estoy convencido de que una sociedad de individuos moldeados con el mismo patrón, sin originalidad ni posibilidad de considerar sus propios sentimientos y sensaciones, y que estos sean tenidos en cuenta, es una sociedad empobrecida, sin posibilidad de evolución.

El objetivo ha de ser contar con individuos que actúen y piensen con independencia, somos proclives, como animales

médicos, que hacemos de nuestra personalidad un culto, a seguir metodologías tan rígidas y autoritarias, que ahogan y traban la rica y maravillosa expresión de los sentidos que surge de la relación entre dos o mas individuos, en este caso, del evaluador con el evaluado.

Podríamos ser capaces de volcar en una planilla las sensaciones y sentimientos que como medicos tuvimos al momento de evaluar un paciente con una ruptura del Manguito Rotador. Podríamos convertir estas emociones en un numero y este sumarlo al numero que resulta de tener en cuenta los expresados por el paciente, por su familia o por los compañeros de trabajo, y así sucesivamente hasta lograr un numero final que refleje el resultado de evaluar al Paciente y su contexto.

No dejemos de evaluar el rango de movilidad y la fuerza muscular, no menospreciemos el poder estadístico de los trabajos, no ignoremos las ventajas de utilizar un sistema de Niveles de Evidencia en nuestras publicaciones científicas; pero creo que el desafío para las próximas generaciones de científicos es considerar al Paciente-Hombre en su contexto, evaluar con “Metodología Científica”, pero darle un valor preponderante a la subjetividad.

La libertad interior, que surge de lo que amamos, despreciamos, creemos, sonamos, etc.; es un raro privilegio de la naturaleza y un valor digno a tener en cuenta cuando evaluamos la salud de un individuo.

 

 

Dr. Fernando Barclay

Coordinador Editorial

 

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Marta Chabalgoity, Memorias 2012.
  2. Friedrich Nietzsche. Mas Alla del Bien y del Mal; Cap. II El espiritu libre 1886.
  3. Albert Einstein. The world as I see it, 1949.
  4. Albert Einstein. Ideas and Opinions, 1954.
  5. Barclay Carlos A, Giannone Carlos, Lazovski Jaime. Metodologia del Ensayo Clinico. 2 ed. 2009.