ARTROSCOPIA | VOL. 21, Nº 4 | 2014

EDITORIAL


La Sociedad Transparente
El pasado 17 de julio un avión de Malaysia Airlines que hacía la ruta Ámsterdam – Kuala Lumpur era impactado por un misil, cuando sobrevolaba a 10.000 metros de altura la conflictiva región oriental de Ucrania.
Según el semanario Alemán “Der Spiegel” el misil habría sido disparado por separatistas pro rusos y la suerte de los casi 300 pasajeros a bordo, totalmente ajenos al conflicto, había sido echada.
Los líderes de los separatistas negaron su responsabilidad y hablaron de “histeria generalizada”, el bando opuesto critico a Ucrania por no haber cerrado el espacio aéreo y así en un ping-pong de responsabilidades ajenas y culpas no asumidas hoy a tres meses de la tragedia, esta, nuestra “Sociedad Transparente” ya no se acuerda de que 300 personas y la misma cantidad de familias, quedaron en el camino.
Joep Lange era un virólogo holandés de 59 años que casualmente perdió la vida en ese avión, junto con su mujer y un centenar de especialistas que viajaban hacia Melbourne, Australia, a la XX Conferencia Internacional del SIDA.
Lange fue un “gigante” que lucho durante sus últimos 30 años para mejorar la vida de las personas que integran esta sociedad vacía y ajena, que no tiene ni expone alguna respuesta de cierta contundencia hacia tanta violencia y desprecio por la vida humana, que vive en una realidad confusa, rehenes de una información masiva que lleva a muchos jóvenes de la postmodernidad, como dice Shintaro Ishihara en su libro “La estación del sol” un relato sobre la juventud japonesa, a funcionar como individuos que priorizan lo pasional a los códigos, egoístas, criados con el desprecio al otro y la falta de remordimiento.
Lange no se contentó con investigar el virus, juntos con otros líderes de opinión creo una fundación llamada HIV-NAT que emprendió la tremenda tarea, a pesar de los enormes costos, de llevar a países pobres medicamentos recién desarrollados y así poder controlar de alguna manera su propagación.
“Si se puede distribuir una lata fría de Coca-Cola al continente africano, tiene que ser posible llevar el tratamiento contra el sida”, era una de sus frases predilectas; su relación con el virus comienza en 1983 logrando publicar más de 400 artículos originales, entre sus logros más destacados está el de haber dilucidado el papel de los anti-retrovirales en la reducción dramática de la transmisión del virus entre madre e hijo en el momento de nacer con sólo dar una dosis de un medicamento conocido como Nevirapine. También exploró la resistencia del VIH a la droga y estableció la seguridad de ofrecer en forma simultánea a los pacientes muchos tipos de anti-retrovirales. Así mismo, colaboró en el nacimiento de la revista Antiviral Therapy.
Joep Lange fue un verdadero puente entre el laboratorio y la sociedad, un genial personaje, “activista de la salud”, un miembro presente con su corazón y sus hechos, capaz de pintar con colores dorados esta sociedad indiferente, que ni siquiera es capaz de reflexionar acerca el porqué de los acontecimientos para poder cambiarlos y menos, darse cuenta de que gracias a increíbles personalidades como Joep Lange se mantiene con vida.
Shaun Mellors, colega del científico decía que “Lange valoraba la voz de la comunidad”, logrando de esta manera poner a la ciencia en función del paciente sufriente, acortar las distancias hacia la salud, pensar en el prójimo, lejano o cercano como estrategia.
Justamente, tanto en Ucrania como en Rusia hay en el presente un altísimo índice de infección por el uso inadecuado de jeringas, justamente en su espacio aéreo y gracias al odio y resentimiento más inverosímil de los seres humanos integrantes de esta “Sociedad Transparente” incapaz de ceder, reflexionar, compartir, progresar en paz, no solo perdimos a un ser humano que cambio la historia, sino que ya lo olvidamos y muchos de los que quedamos no sabemos lo que significó su presencia en este mundo, haciendo en definitiva la vida de las personas que hoy están absolutamente distraídas, actuando de mercancías dentro de las redes sociales, mucho mejor.
El mundo, sin duda, hubiera necesitado mucho más tiempo de Joep Lange, lamentablemente no lo supimos cuidar.

Dr. Fernando Barclay
Coordinador Editorial