EDITORIAL

TRANSFORMACIÓN
Hace algo así como seis años escribí una editorial cuyo título decía: “Tomarse la vida en serio”.
Quería recordar a mi amigo, el Dr. Sebastián Rosasco. Recuerdo hacer el borrador de ese texto en el silencio de la medianoche; disfruto escribir en papel blanco sin renglones y con lápiz negro de trazo grueso, como gustaba hacerlo mi padre. Heredamos o imitamos hábitos de nuestros ancestros seguramente para intentar acercarnos a ellos, o tal vez tratar de no olvidarlos.
En esa editorial reflexionaba sobre el intenso sufrimiento del ser humano que pretende siempre que las cosas y seres que amamos sean permanentes cuando en su naturaleza no lo son.
Se puede estar en paz ante una pérdida, podemos terminar con una relación, siempre y cuando se abandone la resistencia.
Debemos ser responsables, Barry Long decía: “La responsabilidad comienza por no culpar siempre al otro o las circunstancias por lo que hoy nos pasa. No buscar salvadores imaginarios o cielos fuera de la realidad. No imaginar lo que la vida es si no vivirla como se presenta”.
Los seres humanos, y particularmente los hombres, nos fortalecemos y hacemos una forma de vida en los halagos, el sentido común indiscutible y la seguridad moral, y así nos está yendo.
Deberíamos ver, escuchar y sentir sin interpretar siempre lo que vemos, escuchamos y sentimos. Interpretar significa poner emociones y pensamientos y eso nos hace definitivamente esclavos de nuestra mente, que descifra todo sobre la base de las experiencias vividas a nuestra conveniencia y ego.
La pureza individual de los sentidos termina infectada y desperdiciada por la naturaleza egoísta de nuestra mente que falsamente nos protege.
Osho decía: “Siempre que estés oprimido por una emoción, perderás la razón, perderás toda la sensibilidad. Entonces cualquier cosa que hagas va a estar equivocada”.
Volver al cuerpo, experimentar los sentidos sin ponerle el condimento interpretativo de la mente. Nacimos todo cuerpo y a lo largo de la vida y nuestra particular historia llenamos la psiquis de emociones transmitidas que nos desequilibran.
El objetivo es tomar y aceptar las cosas como son, crecer y experimentar sin estar siempre atentos a la mirada del otro ni a las circunstancias.
El mundo debería cambiar a partir de la transformación individual de cada ser humano que lo habita.

Dr. Fernando Barclay
Editor en Jefe